Cachivacheando con los libros parroquiales que se conservan en el Archivo Histórico Diocesano de Asturias, me encuentro con una dramática muerte que, hemos de suponer, pilló con el pie cambiado a los vecinos de la pacífica parroquia de Pillarno, una de esas en las que o nunca pasa nada o, al menos, el párroco no lo cuenta. En abril de 1788, sin embargo, sí que pasó. Y de mala manera. La víctima fue María Sirgo, una vecina de Pillarno (Castrillón) ya de relativa edad, pero todo ocurrió en El Tiñoso, terreno sito en el concejo de Pravia, entre Peñaullán y Riberas. No sabemos qué hacía María por aquellos contornos (sí que era muy frecuente el casamiento de pravianos en Pillarno). Probablemente transitar por el camino real de Pravia a Avilés, que pasaba por allí.
Lo que ocurrió fue que el dieciocho de abril fue hallado el cadáver de María a la orilla del río, después de haber sido golpeada por una fana (en asturiano, masa de tierra) repentinamente desgajada: lo que viene siendo un argayu (en asturiano, desprendimiento de tierras). La mujer, cuya defunción fue certificada por el notario de la villa praviana, Joaquín José de la Fuente Acero, y por el alcalde, Nicolás Bernardo Galán, dejaba así en muy mal lugar, sin saberlo, al mismísimo Jovellanos: el ilustrado había sido elegido Comisionado en 1763 para acometer, entre otras, las obras de rehabilitación del camino real. «Por este cuarto á orilla de las vegas corre la carretera y camino Real«, dejó escrito el ilustrado, «fabricado á costa de los propios de la bolsa común del Concejo el año de 1798, y llega desde el barco de Peñaullán á la casa de la Bimera; que es de grande comodidad é interés de estas parroquias, especialmente después que se facilitó el mal paso del Tiñoso«. ¡Pues menuda!
En veinte y uno del mes de Abril año de mil setezientos ochenta y dos, yo el infraescricto cura de esta parroquia de San Zipriano de Pillarno di sepultura eclesiástica en la Iglesia de ella, que es la penúltima de la mano izquierda de la puerta principal immediata a la pared según se entra, al cadáver de María Sirgo, muger lexítima de Antonio Menéndez Calvo, vezinos del varrio de Sombredo de esta parroquia que en dixit de una zertificazión testimoniada de Joachín Josef de la Fuente Azero esno. de número y Ayuntamiento de la Villa conzejo de Pravia y firmada de Don Nicolás Bernardo Galán Muñiz, Juez Noble, de dicha villa y conzejo, a causa de que al pasar la referida María Sirgo por el terreno de el Tiñoso, parroquia de San Juan de Santianes, entre términos de los lugares de Peñaullán y Riveras, desgajándose una fana, le havía arrojado al río, a cuya orilla en el día diez y ocho de dicho mes se allara muerta. De cuyo matrimonio tubieron por hijos a Simón, Peedro, María y Maniela, todos ya casados, y para que conste lo firmo.
Hízose el oficio de cofradía y otro más.
Joseph Alvarez Valle.