– Ai, Xuan, has d’ayudame col nenu que me nazca.
– En too, Ramonina, en too, ¿qué va ser?
– É que…
– ¿Qué?
– É que Fulanito nun quiér que se sepa que ye fíu d’él… la muyer, ya sabes…
– ¿Y yo qué-y voi facer?
– Has de reconocelu comu fíu tuyu, Xuan…
– ¡Pero Ramona, que yes la mio sobrina!
– Pero si el señor cura nos diera dispensa…
– Date cuenta tú que l’Antuña ési ye bien avispáu, Ramona…
– Fáilo por mí, Xuan… vamos a dá-y les agües a Pintueles, que Ponte nun ye tan puntillosu…

Y Xuan fízolo a 18 de febrero de 1830…

En la Iglesia Parroquial de San Martín de Borines a diez y ocho de febrero de mil ochocientos y treinta Don Manuel de la Ponte Sánchez, vecino de la Parroquia de Pintueles (dándole yo el infrascripto cura de Borines licencia) bautizó solemnemente a un niño nacido en la noche antecedente: llamóse José hijo de Ramona Molina, y aunque entonces se presentó Juan del Valle también soltero y consanguíneo de la Ramona en tercer grado reconociéndole por su hijo y bajo la confesión o declaración judicial que ambos habían dado de la cópula de la cual había resultado esta prole, habían entablado la correspondiente dispensa, pero después de entablada sobrevino rumor público en el lugar de Viyao (donde son vecinos los referidos mis feligreses y naturales del mismo lugar) que el padre de este niño era un hombre casado, y que por evitar disensiones en su matrimonio había tratado con el Juan del Valle a fin de que se reconociese por hijo al que naciese de la Ramona Molina y así tengo a bien anotarlo todo en esta partida. Fueron padrinos José Molina y Francisca Pontón mis feligreses, el Padrino fue advertido de la obligación y parentesco que la madrina no contrajo. Por verdad lo firmo. Francisco Antuña.

(Fuente: Libros parroquiales del Archivo Histórico Diocesano d’Uviéu)