Si nos declaramos contra el opresor de la humanidad, nuestra voz será de alarma en toda la Península; el león dormido despertará; su rugido llegará a Londres, Viena y San Petersburgo; saldrá la Europa de su letargo y conseguiremos ver derrocado al coloso»

José María García del Busto

Se celebran hoy 204 años desde la declaración de guerra que, de forma autónoma, le hizo el gobierno asturiano a Francia en el marco de la guerra de Independencia. Mucho se ha hablado de este asunto, a pesar de que, de forma inexplicable, a día de hoy las instituciones corran un tupido velo acerca de los sucesos que conmocionaron Asturias y unieron a toda la población contra la invasión francesa. Pero eso ya es otra historia diferente que no ha lugar a debatir aquí.

Se ha escrito mucho, muy variado, muy mal y muy bien sobre la guerra de Independencia y sus protagonistas políticos, pero aún a día de hoy cuesta encontrar información más detallada acerca de quienes, desde todos los sustratos sociales, lucharon, perdiendo o no su vida, contra el invasor. Un trabajo de esta magnitud en todo el territorio asturiano no sería ni sencillo ni breve. Por eso, vamos a conformarnos en este post con dar una breve cuenta de cómo se trató el tema en tres parroquias piloñesas: Anayo, Beloncio y Borines. Sirva, pues, esta brevísima relación de nombres y sucesos como introducción de otra más amplia que espero poder hacer, en un futuro, y para empezar, dentro del concejo de Piloña.

Brevísima introducción a los sucesos del 25 de mayo

El día 9 de mayo, como respuesta a lo sucedido en Madrid en los días 1 y 2, llegó a Oviedo un bando firmado por Joachim Murat imponiendo penas al delito de rebelión contra las tropas francesas, lo que produjo una reacción masiva de la población. Ese mismo día, en la Junta General del Principado de Asturias se manifestaron opiniones del tipo de que no conoce a otro soberano que a Fernando VII, negar la obediencia al Gobierno de Madrid, levantar en masa al país y declarar la guerra al opresor de la humanidad.

A partir del 10 de mayo se empezó a preparar la sublevación militar: se movilizarían 20.000 hombres de entre 16 y 40 años. La Real Audiencia intentó frenar el movimiento, pidiendo Miguel Antonio de Zumalacárregui, oidor de la Audiencia, la recogida de las armas que desde el día 9 llevaban saliendo de la fábrica de Trubia para pertrechar al pueblo llano. El 19 de mayo llegó un correo extraordinario de la Audiencia ordenando el desarme de la población, pero la rebelión ya no tenía marcha atrás ni podía esperar más tiempo. En el colegio de San José, tras la catedral de Oviedo, un grupo de prohombres, apoyados por una enorme masa social -entre la cual no podemos dejar de destacar a dos mujeres: Joaquina Bobela y Marica Andallón- organizó el levantamiento. A las 00.00 horas del 25 de mayo de 1808, las campanas de la Catedral de Oviedo, seguidas por las del resto de iglesias de la ciudad, tocaron llamando a la población a sublevarse. Una hora después, la Junta asturiana se atribuía funciones soberanas y declaraba formalmente la guerra a Francia. El pueblo, agolpado en la Corrada del Obispo, recibía la noticia con vivas al rey mueras a los franceses. La revolución había comenzado.

Víctimas y soldados en la parroquia de Santa María la Real de Anayo

  • José CARDÍN DEL LLANO, ausente. Hijo de Pedro y María (difunta), por él se celebraron funerales de primera clase, encargados por su padre, el 1 de octubre de 1811. Era soldado del Regimiento del Infiesto, que salió de esta provincia con el señor Ballesteros, General de su cuerpo.
  • Fernardo del FRESNO COYA, ausente. Hijo de Manuel (difunto) y Manuela, se encontraba ausente de Anayo, en el Real Servicio. Sus funerales se celebraron el 30 de diciembre de 1811
  • Juan de la HUERTA COYA, ausente. Hijo de Manuel y Francisca. Sus funerales se celebraron el 17 de marzo de 1812. Soldado, falleció en el hospital de Villafranca.
  • José de COYA VALDÉS, hijo de Juan y María, ausente; se funeró el 16 de noviembre de 1812. Soldado, sábese haber muerto en el hospital de Lugo, pero se ignora si hizo memoria de testamento en el doce de octubre próximo pasado, por cartas que lo aseguran.

La guerra también precipitó otros sucesos en absoluto fúnebres:

  • El 6 de noviembre de 1810 se bautizó María Josefa, hija de Josefa CARDÍN DE LA HUERTA, soltera, hija de Lorenzo y Teresa. Más adelante, el 27 de marzo de 1814, se presentó Bernardo Alonso, soltero y soldado del Regimiento de Voluntarios de Asturias, y reconoció por su hija a la niña que suena en esta partida; es hijo de Vicente Alonso y Bárbara Naredo, de esta parroquia.

Víctimas y soldados en la parroquia de San Pedro de Beloncio

Llaman la atención, de las tres parroquias que vamos a ver hoy, el tratamiento que le daba a las muertes producidas en la guerra el párroco de turno, don Belardo Alonso Ablanedo, de profundos sentimientos antifranceses.

  • El 15 de enero de 1814 es sepultado Domingo Melendreras, viudo de Bernarda González, y vecino del lugar de Traveseda en Beloncio. Se especifica que sus hijos son Pedro, soltero, Francisca, casada, y Joseph MELENDRERAS GONZÁLEZ, soldado desde el primero alistamiento voluntario y levantamiento del Principado de Asturias contra la Francia ó su tirano Napoleón Bonaparte, de cuya existencia no se sabe.
  • El 17 de diciembre de 1812 se funeró, en segunda clase, con funerales pagados por su abuela paterna, Juan de PRADO CANTORA, soldado, hijo de Juan y Josepha, ambos difuntos, del lugar de Arenas de Beloncio. Juan se murió en uno de los hospitales militares, como soldado que fue del armamento de la provincia con a Francia, según noticias que han comunicado datos fidedignos.
  • De gran interés es la partida de difunto referente a Alexos Artímez, en el lugar de Ballín de Beloncio: Alexos Artímez, cabo primero en la tercera compañía de caballería de Usares asturiana, habiendo antes confesándose y recibido el Sacramento de la Extrema Unción. Y cuyo soldado cavo primero se conoció aquí por originario de la parroquia de Santa Eulalia, en el concejo de Gozón, y antes de tomar las armas para en la presente guerra, o servir en las milicias de la Provincia, se halló por espacio de seis meses en el convento de la Merced de la villa de Avilés de Novicio, su cadáver fue sepultado en la Iglesia de dicha parroquia de Beloncio, y se funeró con el funeral segundo en todo lo tocante al dia de su deposición, sin mas estipendio, que el de seis reales de vellón para el sacerdote, que celebró misa para su ánima. Tenía limosna: se aplicó de una cantidad de veinte y nueve reales y quartillo que el referido difunto entregó a su asistente Manuel Alvarez de la Viña soldado de la expresada Compañía, y cuyo resto para en mi poder a la orden, y voluntad de la madre del difunto, o quien su derecho hubiere. Que el difunto no aclaró bien su voluntad cuando entregó dicha cantidad al referido su asistente; bien que parece confessó, y añadió, que se dispusiese de ella como según el mismo asistente dispusiese. Tambien parece, que de sus ropas dispuso á favor de el mismo asistente por lo bien servido que fue de el en los travajos y males de que se murió, como también, que debía quatro ducados a un compañero suyo en las milicias llamado Juan Menéndez, que hoy se halla licenciado en su casa, y conzejo de Llanera, y que se le pagasen por ss bienes; lo que confiaba de su madre y hermanos.
  • El 30 de diciembre de 1810 se sepultó Bernardo CAVEZA, soldado, natural y vecino del concejo de Caso y sargento segundo de la compañía de tiradores que comandaba el Teniente Coronel don Bernardo Alvarez Vega. Había muerto el día anterior, en Arenas de Beloncio, á resultas de herida que recibió en Siero.
  • A últimos de diciembre de 1810 falleció Francisco MELENDI FERNÁNDEZ, hijo de Francisco y Bárbara, vecinos de Peñueco, Beloncio. Era soldado y murió, según informes seguros, en Extremadura o sus confines, en la división del general Ballesteros, donde servía.
  • El 17 de agosto de 1810 se funeró en primera clase Joseph PELÁEZ BALLEXO, hijo de Pedro y su primera mujer, Antonia, de Travesera de Beloncio. Falleció en Extremadura, soldado del regimiento del Infiesto.
  • El 25 de febrero de 1810 se funeró Santos del CASAR, soldado del regimiento de Cangas de Onís, compañía primera, que se encontraba de baja y murió en Fresnedal, Beloncio, dos días antes, en casa de Manuel Melendi.
  • En 1815 se funeró en tercera clase Joseph Melendreras. Su padre, Domingo MELENDRERAS, había muerto según avisos verídicos, soldado en la Sierra de Baños, en guerra con la Fiera de Europa, para la que se armó en 1809.
  • El 20 de junio de 1818 se sepultó Teresa Forcelledo. Del segundo matrimonio que había tenido esta mujer nacieron dos hijos: Bárbara, casada en Beloncio, y Joseph SUÁREZ FORCELLEDO, soldado que parece murió en Francia, prisionero.

Víctimas y soldados en la parroquia de San Martín de Borines

  • El 26 de agosto de 1809 se funeró Juan MOLINA ORRACA, ausente, soldado del regimiento de Navia, que murió en el Hospital General de Oviedo el anterior día 15. Era hijo de Luis (difunto) y María, del coto de Viyao.
  • El 26 de agosto de 1811 recibió funerales Josef SANFELIZ ALONSO, ausente, hijo de Manuel y María, del lugar de Moñío. Era soldado y murió en Extremadura.
  • El 27 de enero de 1813 se hicieron funerales por Manuel JOGLAR FERNÁNDEZ, ausente, hijo de Francisco y Teresa. Era soldado de la Santa Compañía Regimiento número V de Asturias. y murió en el hospital militar de San Vicente de Oviedo el anterior día 7 de enero, según resulta de certificado del capellán de exército interino de dicho hospital.
  • El 28 de enero de 1813 se funeró Juan DÍAZ LONGO, ausente, hijo de Nicolás y Francisca, ambos difuntos. Era soldado del regimiento de Piloña, que aseguran haber muerto en el año de nueve en las cercanías de León.